(Siento por no publicar ésta más temprano. Estuve enfermo el miércoles pasado y hice muchas otras cosas entre jueves y hoy.)
España tiene un complejo de inferioridad.
...Pues, ya lo sabía, pero ahora el conocimiento es más fuerte e íntimo.
La mejor clase que podía tomar el otoño antes de estudiar aquí no fue una clase de conversación española (aunque me ayudaría mucho si lo pudiera coger), ni fue una clase sobre hacer un presupuesto (ya lo aprendí para una insignia al mérito* :D ). No, la mejor fue S411, mi clase sobre la historia, la cultura, y la economía de España desde 1812 hasta hoy en día, con enfoque en los años desde la transición a la democracia. fue una clase fascinante que me estableció en la España actual y real. (Lo enseñó un catalán, así sabía mucho sobre los nacionalismos durante y tras el franquismo, pero conocía mucho más que esto.)
Nos mostró que España tiene un problema con Europa: es que España no es suficiente “europeo”. Empezó con la fundación de un al-Ándalus musulmán que venció toda la España pero no pudo envolver* el resto de Europa, pero no se detuvo aquí. El liberalismo que llevó al resto de los países europeos las instituciones democráticas y una separación (a veces violenta) entre el Estado y la Iglesia no hizo casi nada en la España de los Reyes Católicos y la Inquisición. Por supuesto, había izquierdistas en España que querían más independencia de, y menos tierra (inmobiliaria y en la esfera política) para, la Iglesia. Incluso establecieron una constitución democrática en 1812 en Cádiz. Pero no duró muy largo, y España llevó un siglo estando en el agua muerta* de la política europea, dominado por pronunciamientos del Ejército y la falta de participación popular en el gobierno.
El fracaso fue más fuerte en 1898, cuando España perdió la Guerra Hispano-Estadounidense (el Desastre del 98) y, en ésa, las Islas Filipinas, Guam, Puerto Rico, y Cuba. No fue nada más un imperio español "en el que nunca se ponía el sol", y el orgullo nacional casi desapareció. Tras un periodo de introspección estableció la Segunda República en 1931. Duró más larga que la Constitución de 1812, pero otro pronunciamiento casi lo acabó en 1936.
Dije "casi". En algo que no ocurrió tras los pronunciamientos del pasado, el pueblo rebeló y apoyó (por mayoría parte) la República. Pero por causa de que compusieron el pueblo los republicanos, los socialistas, los comunistas, los anarquistas, y todo el resto del mundo izquierdista, no pudo hacer una fuerza unida para vencer los nacionalistas, cuyos valores universales fueron "Dios, Rey, y fueros". Los derechistas formaron una dictadura católica en 1939 tras ganar la guerra.
A pesar de las persecuciones franquistas que duraron por todos los años cuarenta, los izquierdistas seguía deseando una república o democracia, es decir un gobierno como los de Europa y Estados Unidos. Aunque siempre apoyaron esta ideal durante el gobierno franquista, no pudieron organizarse en una fuerza unida (como en la Guerra Civil) y no hicieron nada colectivo hasta la muerte de Franco. (¡Tenían que esperar hasta la muerte de Franco! Ay.) E incluso en la transición exitosa a la democracia, tenían que ceder a veces a las voces derechistas, aunque tras las victorias de coaliciones centro-derechistas, ganó el Partido Socialista Obrero Español en 1982 y ganó cada elección nacional hasta 1996.
Después de la Transición, España seguía convirtiéndose en un país más europeo. Lo cumplió, más o menos, por unirse a la OTAN, la ONU y la UE. Pero el sentido de inferioridad sigue, incluso tras los Juegos Olímpicos en Barcelona. Algunos europeos, en particular los franceses, siguen diciendo que “África empieza en los Pirineos”. Aunque España bajo Zapatero dirige la presidencia rotativa* europea este semestre, The Economist llaman al país "el enfermo de Europa" por culpa de sus problemas en la crisis económica. Y Zapatero no pudo convencer* a Obama que deba hablar con la UE el mayo. (Es que Obama tiene problemas domésticos más importante que en Europa, pero El País todavía habló del sentido escolar de, “¿No le gustamos?”)
Los españoles, según el estereotipo, son orgullos, orgullos de su propia cultura. Ya lo he visto, pero también veo un sentido de que son avergonzados de su política y su posición, económica y por lo demás, entre Europa. Sí, ahora España es europeo, pero a veces parece que no.
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