Siempre necesito calmarme* cuando pienso que me he mejorado. De ninguna manera soy perfecto y no jamás puedo ser perfecto en ningún aspecto de mi vida. A veces es que me satisfecho y por eso me quedo perezoso y dejo de poder funcionar. A veces es que me ciego para creer que algo es bueno cuando en realidad me necesito mejorar algo claramente defectuoso. La razón sea lo que sea, necesito andar viendo con escepticismo uno parecido aumento de habilidad, en particular en español.
Pero hoy me creo que soy un buen español. Como ya dicho antes, soy amigo de un camarero de un restaurante kebab y hablé toda la noche el viernes con una francesa en castellano. Pero desde entonces, también encontré un español de Valladolid que soy admirador de las pelis americanas (¡y que me recomendó pelis como Casino y Goodfellas!), y llevé una hora hablando con una madrileña sobre los apuntes de Etnología, la relatividad de la verdad, ¡y su vida como fotógrafa!
Por eso viene el gran día: Me llevo del nivel (a la izquierda) de "Gradual adjustment" a lo de "Adaptation & biculturalism". No necesito un sueño en castellano para sentir como un español (pero cuando me venga voy a darle la bienvenida, por supuesto), porque estoy (casi) en la sociedad madrileña. Hace tres meses y medio que vivo aquí, y creo que es tiempo suficiente para ponerme más madrileño y español que antes.
Creo. Como siempre necesito calmarme. Sigo usando Word Reference con todo que escribo, y a menudo pregunto, "¿Cómo?" después de una oración demasiado rápida. Pero la semana pasada me ha probado que soy mejor que suelo creer. No soy perfecto, pero ni soy guiri.
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